miércoles, 12 de julio de 2017

De Bergua a Otal por el barranco de La Glera

La restaurada iglesia de San Miguel
De nuevo por Sobrepuerto, un paisaje desprotegido que tan buenos recuerdos nos trae de andanzas pasadas. En esta ocasión vamos a visitar el despoblado de Otal, uno de los pocos núcleos que nos quedan por descubrir.

A Otal se puede llegar desde varios puntos. Si comenzamos en Yésero o Broto seguiremos íntegramente el GR-15, sendero con el que también enlazaremos si iniciamos el recorrido en el puerto de Cotefablo, en Linás de Broto o en Fragén

En descenso hacia las pasarelas de Bergua
Desde la Tierra de Biescas también podremos llegar por Espierre y su Val Menuta o desde Oliván pasando por los despoblados de Berbusa y Ainielle siguiendo los pasos de la famosa Lluvia Amarilla de Julio Llamazares.

Pero nosotros comenzaremos en el conocido pueblo de Bergua (1030 metros), punto neurálgico de varias de nuestras rutas por la zona. Desde aquí partimos cuando visitamos Escartín, Basarán, Sasa, Cillas y Cortillas.

Dejamos el coche en la entrada del pueblo y descenderemos a su caserío para encontrarnos con la maltrecha iglesia parroquial de la Asunción (s. XV).

Unión de los barrancos de la Glera de Otal y La Pera
Siguiendo por su calle baja pasaremos por O Güerto Pepa buscando el PR-HU-117, sendero que se inicia junto a un panel informativo de la Iglesieta de los Moros y que desciende a las pozas de Bergua rodeado de musgo y boj.

Este idílico bosque finaliza en las pasarelas ubicadas en la confluencia de los barrancos de la Glera de Otal y La Pera (930 metros), donde ambos se unen formando el barranco Forcos. Lugar muy frecuentado en verano para darse un chapuzón.

Tras cruzar la primera de las pasarelas dejaremos a la izquierda el PR-HU-3 que asciende al despoblado de Basarán. Cruzando la segunda, el camino hacia Ayerbe de Broto y la Iglesieta se va a la derecha, siguiendo nosotros el PR hacia Escartín y Otal.

Flysh del barranco de San Clemente
Entre muros de piedra comenzaremos a remontar el barranco de la Glera entre una vegetación dominada por el boj, el roble y las carrascas.

En media hora de camino, pasado el Llano de la Insola y sus verdosas pozas, llegaremos a otro cruce donde dejaremos el desvío a Escartín para continuar siguiendo las indicaciones hacia Basarán y Otal (985 metros).

En días calurosos la espesura del bosque nos facilita una agradable sombra bajo la cual ganaremos altura de forma casi inapreciable.

Barranco de los Huertos
El sendero llanea unos metros por encima del barranco de la Glera adentrándose en la frondosa vegetación. Cruzaremos el barranco de San Clemente (965 metros) en un bonito rincón rodeado de flysh antes de encontrarnos con una borda.

Tras una hora de camino cruzaremos el barranco Corvera (1035 metros) que precede a un tramo donde un muro de piedra ha caído sobre el sendero.

Minutos después llegaremos al barranco de los Huertos, que cruzaremos por la base de un salto de agua con abundante musgo (1060 metros) antes de llegar a otro cruce del PR-HU-117.

Entre carrascas y boj, la tónica del camino
A la derecha iríamos a Escartín y a la izquierda a Basarán, por lo que nuestro camino sigue recto hacia Otal. Pero antes de continuar, nos desviaremos unos metros hacia Basarán para descansar en el espectacular paraje del Puen d’as Crabas (1040 metros).

Volviendo a la bifurcación anterior seguiremos el recorrido hacia Otal. Tras un pequeño claro del bosque nos encontraremos con una borda en cuyo dintel se haya inscrito el nombre de Antonio Azón y el año 1936.

En ocasiones el sendero se desdibuja entre la hierba y el matorral pero las carrascas y los robles se encargan de abrirnos un estrecho pasillo natural almohadillado por la hojarasca.

Otal. Casa O Royo
Media hora después cruzaremos el barranco de Seretas (1100 metros) para seguir ascendiendo entre una masa de erizones en flor. 

El sendero enlaza con una pista procedente de Escartín por la que seguiremos en dirección norte (izquierda) hasta llegar a una valla y cruzar por primera vez el barranco de la Glera en el paraje conocido como Planaglera (1170 metros).

En este punto dejaremos la pista, que continúa hacia la Cruz de Basarán, para continuar en dirección Otal. Superaremos un cercado para el ganado y, siguiendo el PR, remontaremos el barranco por su margen derecha superando un pequeño paso de tablillas de madera.

Otal. Casa Francho
Irán apareciendo pequeñas masas de pino y haya en una vegetación que seguirá dominada por el boj. El sendero nos volverá a acercar al barranco para cruzarlo nuevamente (1200 metros) tras dos horas y cuarto de camino.

De vuelta en la margen izquierda el pino se acentúa y el sendero gana altura de forma más decidida. Cruzaremos el barranco de l’Artosa (1320 metros) y ascenderemos la solana ladera que nos acercará al pueblo. 

Ascenderemos con mayor pendiente al mismo tiempo que veremos la arteria que forma el barranco de la Glera por el corazón de Sobrepuerto. 

Otal. Iglesia de San Miguel
Podemos intuir al sur las ruinas de Basarán, la Peña Canciás, el Pueyo de Cortillas y el Tozal de Santa Marina y, al oeste, la ermita de San Benito de Erata en lo alto del cordal.

Conforme nos acercamos comienzan a aparecer vestigios de un pasado habitado. Los esbeltos muros que flanquean el camino se rinden al paso del tiempo y se van desplomando en un sendero cada vez más desolador.

Tras 3 horas de camino llegamos al despoblado de Otal. Lo primero que observamos es una conservada borda y el bonito pozo de Casa Calderero.

Otal. Campanario y escuela
Seguidamente daremos con Casa O Royo, la única que se mantiene en buen estado de las 15 casas que llegó a tener el pueblo, portando con orgullo sus tres alturas.

Si entramos en su interior y nos asomamos por alguna de sus balconadas retrocederemos a tiempos en los que Otal tenía vida y alegría. 

Podemos imaginarnos a los pequeños correteando por las calles y a los mayores sentados a la sombra de los nogales o dentro de las casas pegados al fogaril en los largos días de invierno.

Iglesia de San Miguel. Al fondo, el cordal de Erata
Esta recóndita aldea se ubica en el fondo del circo custodiado por los picos Erata y Pelopín, en la cabecera del barranco de su mismo nombre, y es el núcleo situado a mayor altitud de Sobrepuerto (1465 metros).

Como en toda esta zona las duras condiciones climatológicas, su difícil acceso y su aislamiento fueron los principales motivos para su definitivo abandono a finales de la década de los 60.

Casa Orós fue la última que cerró la puerta en 1969, aunque dos hermanos de Casa O Royo regresaban todos los veranos con el ganado hasta el año 2000.

Otal, Casa Sanromán. Al fondo, el cordal de Pelopín
La maleza esconde los singulares bancales aterrazados visibles desde las cumbres cercanas. El vacío y la soledad que se respira paseando por sus calles contrasta con la cantidad de historias vividas tras esas paredes que hoy luchan por no espaldarse.

El silencio sólo es cortado por el sonido de los cencerros de las vacas, únicas guardianas del pueblo. También destaca la chaminera de Casa Sanromán, otro de los iconos que resisten al abandono en Otal.

Otal. Chaminera de Casa Francho
En la parte alta del pueblo se encuentra la iglesia románica de San Miguel (s. XI), de la que sólo queda de su planta original el ábside. 

De estilo serrablés, sufrió diferentes reformas y ampliaciones en los siglos posteriores, siendo declarada Bien de Interés Cultural en 1982 tras ser de nuevo restaurada por la Asociación Amigos del Serrablo.

Su techumbre hundida en la primavera de 2012 fue restaurada por el Gobierno de Aragón entre finales de 2014 y principios de 2015 evitando así que otra valiosa joya patrimonial cayera en el olvido. 

Otal. Pozo de Casa Calderero
Una vez recorridas sus calles regresaremos a Bergua por el mismo camino de ida.

Ruta lineal de 18 kilómetros con un desnivel positivo acumulado de 650 metros realizada en 6 horas sin contar paradas.

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