martes, 26 de julio de 2016

Circular por Broto, Oto, Yosa y Fragén

Yosa y barranco del mismo nombre
Os presentamos una nueva ruta por el Sobrarbe, muy cerca del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Visitaremos 4 pueblos, uno de ellos deshabitado, en una variada circular con inicio y fin en la localidad de Broto (905 metros).

Comenzamos a caminar en el pequeño parking junto al puente medieval de Broto, sobre las aguas del barranco del Sorrosal. Lo cruzamos y nos dirigimos por la carretera al pueblo de Oto.

Dejamos a la derecha el GR-15 hacia Oto y Otal al que nos uniremos más adelante. También, obviamos el PR-HU-117 hacia Ayerbe de Broto y Otal y seguimos por la carretera.

Esta pared nos da la bienvenida
En pocos minutos llegamos a Oto (915 metros). Su pequeño casco urbano tiene dos protagonistas: la esbelta torre de la iglesia medieval de San Saturnino, fruto de cinco etapas constructivas que van del siglo XII al XVII, y la robusta Torre defensiva de Don Jorge, también conocida como Atalaya de la Foz de Escala (s. XVI) que también sirvió de cárcel en momentos posteriores.

Avanzaremos por su calle principal hasta encontrar un desvío en una curva descendente a la izquierda. Dejaremos la carretera y los primeros metros del PR-HU-126 en dirección a la ermita de la Asunción para desviamos a la derecha siguiendo las marcas del GR-15 hacia los despoblados de Yosa y Otal (895 metros).

Crucero de Yosa
El estrecho y frondoso sendero discurre paralelo a unos trabajados muros de piedra delimitando campos de labor. Siempre bien marcado, vamos ascendiendo cómodamente dejando a nuestra izquierda el barranco de Yosa y la boscosa Punta Alvarosa (1491 metros).

Conforme ganamos altura la panorámica va mejorando. El valle de Broto se va abriendo, dejando ver los núcleos de Oto y Buesa, la urbanización Nuevo Broto, la sierra de las Mentiras coronada por la Punta Trallata o Pueyo de Ballarín (2027 metros), la ermita de Morillo y el cordal formado por los picos Ferrer (1793 metros), Juan Borra (1821 metros) y el Tozal de la Caña (2006 metros).

El Pelopín desde el GR-15
En menos de 2 horas de ascenso llegamos al despoblado de Yosa (1350 metros). Este triste lugar, hoy engullido por la vegetación, carecía de abastecimiento de agua y de energía eléctrica. Dos motivos que, junto a que nunca tuvo acceso rodado, fueron las causas más importantes para que en 1970 quedase totalmente abandonado, como tantos otros pueblos del Sobrarbe.

Ubicado en la falta del Tozal de Yosa (1421 metros), desde su posición disfrutaremos de unas espectaculares vistas hacia el valle de Ordesa. Entre otros, identificamos Punta Acuta (2242 metros), Mondarruego (2847 metros), los circos de Carriata y Cotatuero, la zona de Marboré y las Treserols cubiertas por las nubes, viendo tímidamente el Cilindro (3325 metros) y parte de la Punta de las Olas (3002 metros).

Yosa y el valle de Broto
Al sur, se divisa el cordal formado por las cimas de Gábalo (1958 metros), Manchoya (2033 metros), Punta Cotonal (1986 metros), Tozal de la Virgen (1908 metros), Monchoa (1962 metros) y Pelopín (2005 metros) que recorrimos hace unos meses.

Paseando por la maleza encontramos grandes casonas de piedra, todas ellas con la techumbre caída. Pero lo que más llama la atención es la torre-campanario de la iglesia parroquial de Santiago Apóstol (s. XVI), que conserva una única pared en pie, que no aguantará mucho tiempo, y el crucero que preside la entrada del pueblo.

Serrato de Yosa y zona de Ordesa
En la parte alta de Yosa, saliendo del pueblo por el GR-15 hacia Otal y Yésero, encontramos algunas bordas que tímidamente aún resisten el abandono. Además, observaremos la multitud de bancales de cultivo que existían en sus proximidades.

Seguimos el GR-15 en ascenso, rodeados de amarillentos erizones en flor, hasta llegar al Tozal del Pueyo (1602 metros – 30 minutos) en la falda del Pelopín, punto más alto de la ruta y donde abandonamos su trazado para seguir por el bien indicado PR-HU-119 hacia Linás de Broto y Oto.

Valle de Broto desde la Punta Aguilar
Desde aquí gozamos de las mejores vistas del día, apareciendo las sierras de la Partacua y Tendeñera, Toronzué (2263 metros), Mondiniero (2295 metros) y el Tozal de Comas (2342 metros). También el Taillón (3144 metros), Brazillac, la Brecha de Rolando, el pico Blanco (2916 metros), el Tozal del Mallo (2254 metros), el Casco (3006 metros), la Faja de las Flores, el Gallinero (2752 metros), Tobacor (2779 metros) y, hasta las ya más despejadas Treserols y Tres Marías. Distinguimos el Fraile de los Sestrales y Peña Montañesa (2291 metros) al este. Al sur, las vistas de Yosa y del cordal Gábalo-Pelopín son preciosas.

Fragén. Iglesia de San Martín
En leve descenso, nos dirigiremos por el Serrato de Yosa en dirección noreste hasta enlazar con una evidente pista que recorre todo el cordal. Dejaremos a la izquierda el ramal que desciende hasta Linás de Broto (1530 metros) y continuamos en dirección a Oto y Fragén.

Unos 500 metros más adelante, hay que estar atentos para desviarnos de la pista y seguir el PR que asciende por la ladera hacia la Punta Aguilar (1538 metros), desde donde vemos por primera vez el pueblo de Sarvisé. Decimos de estar atentos porque es posible que no nos demos cuenta y continuemos por la pista. Podemos tomar como referencia un madero a pie de pista balizado por la Zona Zero de Aínsa que indica un sendero que desciende de forma más directa a Yosa.

Ribera del Ara y ermita de Morillo
Tomado este desvío, las marcas de PR escasean pero el sendero se sigue sin ninguna dificultad. En una hora desde el Tozal del Pueyo llegaremos al desvío hacia Fragén (1335 metros), cambiando el PR-HU-119 que se dirige a Oto por el PR-HU-126.

Este nuevo PR desciende por un bonito sendero por la llamada Selva de Fragén. Un bosque sombrío, fresco y vestido de hojas que atraviesa una pista (cota 1200 metros) y nos acercará al pueblo en poco más de media hora.

Campos próximos a Fragén
En sus proximidades, cruzaremos un puente sobre las encañonadas aguas del barranco de Sorrosal (1080 metros) y ascenderemos levemente por una bonita calzada hasta Fragén (1115 metros), donde nos refrescamos en la llamada Fuente de los Tres Caños, frente a la iglesia románica de San Martín.

Para terminar la circular sólo nos queda regresar a Broto pudiendo descender por dos caminos distintos: por el camino de Broto o por el camino del Pueyo, ambos PR-HU-127. Ambos bien indicados en la salida de Fragén, tomamos el camino del Pueyo, con buenas vistas de las bordas y de los verdes prados aledaños.

Broto desde el camino del Pueyo
Vamos dejando atrás Fragén, con vistas del Dedo y de la Falsa Brecha que, hasta ahora, no habían aparecido. El sendero desciende en moderada pendiente por encima del pueblo de Broto, del que se tiene una amplia panorámica junto con el curso del río Ara procedente de Torla-Ordesa, finalizando la ruta en el puente sobre el barranco del Sorrosal.

Es recomendable acercarse a la cascada del Sorrosal siguiendo el curso del barranco por el camino habilitado de su margen izquierda. Otra buena actividad es realizar la Vía Ferrata del Sorrosal (en verano se paga 2’5€ por persona).

Mondarruego, Taillón, el Dedo, Falsa Brecha...
Ruta circular de 12’5 kilómetros con un desnivel positivo de 780 metros realizada en poco más de 5 horas sin contar paradas. Conviene evitar la época de verano y llevar abundante agua.


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lunes, 18 de julio de 2016

Circular por Panticosa: valle de La Ripera e ibones de Sabocos y Asnos

Valle de La Ripera
Hacía tiempo que no volvíamos al valle de Tena. Ya entrado el verano, apetece acercarse a alguno de los muchos ibones que hay por esta zona. Hoy vamos a caminar por la cara norte de la sierra de Tendeñera para descubrir los ibones de Sabocos y Asnos.

Nos dirigimos a la parte baja del pueblo de Panticosa. Junto al inicio de la telecabina (1140 metros) se halla el parking de la estación de esquí, donde podemos dejar el coche en una gran explanada. 

Cruzaremos por un puente el río Caldarés y nos acercaremos a las aguas del río Bolática antes de que ambos se unan aguas abajo. Sin cruzar éste último, caminaremos unos metros por su margen derecha. En la parte trasera del gran edificio del telesilla, nace el PR-HU-95 con indicaciones hacia el ibón de Sabocos, La Ripera y La Corona por el camino Os Esponales.

Puente Viejo de Panticosa. Al fondo, la Partacua
Este sendero, por el que transitaban antaño las caballerías, se adentra en un sombrío y fresco bosque. Hace mucho calor y esta zona, por donde apenas penetran los rayos de sol, se agradece. 

Vamos ganando poco a poco altura paralelos a la margen derecha del río Bolática y dejando Panticosa cada vez más abajo. Al oeste, emerge la sierra de la Partacua con la siempre imponente silueta de Peña Telera (2762 metros).

Pronto llegamos a la primera desviación de la ruta. Dejaremos a la izquierda el camino hacia La Corona por el sendero de Albarosa y continuaremos por el PR hacia La Ripera, el Rincón del Verde y puente La Zoche.

Puente La Zoche sobre el Bolática
Cuando caminamos por la base de la Peña del Saso (1418 metros) nos encontramos una nueva desviación. Esta vez, a la izquierda se queda el sendero que lleva a La Corona por el camino Os Esponales y continuaremos hasta cruzar el puente La Zoche (1280 metros – 35 minutos).

Tras unas lazadas nos alejamos del curso del río y salimos a un terreno más abierto y soleado. Primeras vistas, al norte, del macizo de Argualas y una amplia panorámica de la Partacua al oeste.

El sendero discurre entre verdes prados y nos dejamos llevar por la belleza del entorno. En esta zona, las marcas de PR escasean pero no hay posibilidad de pérdida si seguimos los hitos. Veremos los picos Catieras (2604 metros) y Ferreras (2644 metros) y el Dedo de Yenefrito y llegaremos a un pequeño refugio de pastores (1 hora).

Picos Catieras, Ferreras y Dedo de Yenefrito
Siguiendo nuestro camino, cruzaremos el barranco de Faceras, que más que un barranco es una torrentera de piedras que puede servir como referencia para ascender al pico del mismo nombre (2128 metros) por esta vertiente. El sendero se ensancha apareciendo marcas de todoterreno y, metros más adelante, se convierte en pista.

Llegaremos a una puerta metálica para ganado que volveremos a cerrar cuando hayamos pasado. A escasos metros, cuando la pista gira a la izquierda para cruzar el río por el puente de La Rata, la abandonaremos siguiendo el PR-HU-95 y guiándonos por un escondido hito (1445 metros). 

Macizo de Argualas
Nos volveremos a encontrar con otra puerta metálica y, sin darnos cuenta, nos iremos introduciendo en el valle de La Ripera, con las primeras vistas de la abrupta e imponente cara norte de la sierra de Tendeñera.

El sendero se aproxima al río Ripera y cruza a su margen derecha por una pequeña pasarela (1520 metros), momento que aprovechamos para refrescarnos en su orilla.

A pesar de que, en ocasiones, las marcas de PR escaseen, no hemos abandonado en ningún momento su trazado. Continuamos nuestro camino hasta enlazar con una pista, que nos acompañará por el valle durante varios kilómetros.

Cara norte de la sierra de Tendeñera
En este punto encontramos indicaciones hacia el ibón de Sabocos y Panticosa. Dejaremos a nuestra izquierda el refugio de La Ripera y cruzaremos a la margen izquierda del río por un pequeño puente.

A nuestra derecha aparecen las laderas herbosas del pico Faceras y a nuestra izquierda las fajas y la Punta de las Escuellas (2349 metros). Detrás de nosotros queda la Cochata del Pano y el macizo de Argualas. Como telón de fondo, la impresionante cara norte de la sierra de Tendeñera.

Salto de Tendeñera
Vamos recorriendo el largo valle admirando su belleza, a medida que nos acercamos a la Fuente de La Ripera y al refugio del Cantal (1550 metros – 2 horas), donde paramos para reponer fuerzas. 

Escondido en el fondo del valle se ubica el Rincón del Verde y el Salto de Tendeñera, una cascada que desciende del collado del mismo nombre (2351 metros) y que vierte sus aguas al río Ripera. Divisamos lo que parece una traza de sendero bajo el llamado Fajón de las Flores de Nieve, por donde se salva el resalte de la cascada para llegar a los cercanos valles de Otal, Ordiso y Bujaruelo.

Rincón del Verde
Tras esta cascada son visibles la Punta Chornaleras o Punta del Puerto de Ordiso (2616 metros) y el pico Mallarruego (2684 metros) con el Puerto de Ordiso (2557 metros) entre ambos.

La pista gana desnivel por medio de lazadas hasta llegar al refugio del Verde (1900 metros) en una hora desde el refugio del Cantal. Extraordinario rincón donde llama poderosamente la atención la verticalidad de las murallas norte de la sierra de Tendeñera. Un gran lugar para finalizar una excursión.

Puerto de Ordiso y collado de Tendeñera
Desde este refugio observamos nuestro siguiente punto de referencia, el collado de La Paúl (2039 metros) ubicado al oeste junto con el pico del Verde (2295 metros). Continuamos la pista hasta que ésta desaparece en sus proximidades. Tras este collado y en leve ascenso rodeados de verdes praderas, llegaremos a un segundo collado, la Collada del Verde (2088 metros – 30 minutos).

Desde aquí, la vista es absolutamente espectacular. Contemplamos los tresmiles de Argualas, Garmo Negro, la Aguja de Pondiellos y los picos de los Infiernos con su característica marmolera.

Argualas, Garmo Negro, Pondiellos e Infiernos
Hacia el noroeste, aparecen cimas como la Pala de Ip (2779 metros), Punta Escarra (2751 metros), el Anayet (2574 metros), Arroyeras (2556 metros), Culivillas (2509 metros), el pico Pacino (1965 metros) y la Punta Cochata (1911 metros), la Peña Foratata (2341 metros), el Midi d’Ossau (2884 metros), el Peyreget (2483 metros) y el macizo de Soques, así como los núcleos de Sallent de Gállego, a orillas del embalse de Lanuza, Formigal y Escarrilla.

Al este, dejamos atrás los picos de Escuellas, Mallarruego y Chornaleras, el Puerto de Ordiso y el collado de Tendeñera. El Vignemale o Comachibosa (3299 metros) aparece por detrás del Salto de Tendeñera. Estamos solos, en silencio, rodeados de colosales montañas. Puro Pirineo.

Cabecera del valle de Tena
Caminaremos hacia los paredones de la sierra de Tendeñera para ir acercándonos a la base de la Peña Sabocos (2757 metros) y rodeando el circo que cae al ibón del mismo nombre. Nos encontramos un poste indicativo que no hace más que confirmar que vamos en el buen camino hacia el ibón.

Poco tardamos en ver sus azules aguas, bastantes metros por debajo de nosotros. En su orilla norte se halla el refugio de Sabocos (1900 metros) y una pista que, más adelante, acabaremos tomando. El PR-HU-95 desciende hacia el refugio para comenzar a cerrar la circular camino a Panticosa, pero nosotros queremos alargar más la ruta.

Ibón de Sabocos
Dejamos el PR y continuamos por un sendero de piedra suelta bien marcado con hitos que rodea el circo de Sabocos para dirigirnos hacia el ibón de los Asnos. Un único nevero en una empinada canal nos hace perder algo de tiempo. Caminamos por encima de un imponente cortado que finaliza en las aguas del ibón de Sabocos.

Pasada la canal de nieve y un corto tramo de ascenso por piedra suelta, enlazamos con una pista que nos llevará, en descenso, al ibón de Asnos (2060 metros – 4 horas y 30 minutos). Esta pista se unirá más adelante a la pista que comenzaba en las proximidades del ibón de Sabocos.

Ibón de Asnos y pico Mandilar
Ubicado en las faldas de la Punta Narronal o pico Mandilar (2212 metros), el ibón de Asnos es un rincón muy frecuentado en verano. La posibilidad de subir en telesilla hasta sus proximidades (tarifas 2016 ida y vuelta: 15'50€ adultos y 6'50€ niños) hace que sea un lugar muy masificado. Entre semana, como es nuestro caso, es totalmente diferente. Nadie por estos lares y, lógicamente, su tranquilidad es un verdadero placer.

Tras una larga parada, iniciamos el descenso por la monótona pista del complejo de la estación de esquí, enlazando en ocasiones con el PR-HU-95. Un largo camino, acortado al máximo campo a través, nos dirige a las inmediaciones del telecabina, ubicado en el Cerro Cuartalé o Puntal de Petrosos (1858 metros).

Descendiendo por las pistas de esquí
Ya despiertas de su letargo invernal, numerosas marmotas se asoman curiosas para controlar nuestros pasos. El descenso se hace pesado pero las vistas son espectaculares. Sin duda, es un gran mirador del valle de Tena y de los tresmiles de Panticosa.

Disfrutamos de la cálida luz de la tarde sobre la cabecera del valle y la sierra de la Partacua. Distinguimos nuevos núcleos urbanos, como los de Piedrafita de Jaca, Tramacastilla de Tena, Sandiniés, Búbal y El Pueyo de Jaca. Intuímos la ubicación del Parque Faunístico de La Cuniacha, del ibón de Piedrafita y del ibón de Las Paúles y vemos las aguas del embalse de Búbal.

Embalse y pueblo de Búbal, Piedrafita y El Pueyo de Jaca
Seguimos por la pista y encontraremos un sendero por la umbría del bosque que la acorta varios cientos de metros (1420 metros – 5 horas y 45 minutos). No dudamos en cogerlo, el calor es sofocante y el frescor de este corto y pronunciado sendero nos viene genial.

En las proximidades de Panticosa, la pista pasa a ser de cemento. Muy cerca del final, dejaremos a la izquierda dos senderos, el PR-HU-92 que se dirige a Hoz de Jaca y el PR-HU-106 hacia El Pueyo de Jaca.

Panticosa, Foratata, Midi, Peyreget y Pacino
Poco después, finalizaremos la ruta cruzando el Puente Viejo (1135 metros – 6 horas y 15 minutos), construido en 1556 sobre las aguas del río Caldarés, y llegaremos al parking donde hemos dejado el coche horas antes.

Ruta circular muy recomendable y variada con una distancia de 21 kilómetros y un desnivel positivo de poco más de 1000 metros realizada en 6 horas y cuarto sin contar paradas, y 8 horas contando los descansos. 

Marmota por los remontes

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miércoles, 13 de julio de 2016

Un paseo por Pineta: Llanos de Lalarri

Caballos en los Llanos de Lalarri
Volvemos al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Esta vez nos adentramos en la Valle Verde de Bielsa, en el valle de Pineta, para realizar un interesante, bonito y sencillo paseo hasta los Llanos de Lalarri, ideal para realizar con niños. 

El camino se inicia en el parking de Pineta (1280 metros). Para llegar hasta aquí, hemos de llegar a Bielsa y tomar la entrada norte de la villa, indicada hacia el Parador de Pineta. Seguiremos la carretera unos 13 kilómetros hasta encontrar el parking tras cruzar un pequeño puente sobre el río Cinca. En época estival se pagan 2€ por coche.

Cascadas del Cinca
A los Llanos de Lalarri podemos ascender por varios senderos. Por el sendero de Marboré, por el camino de las cascadas, por el GR-11 desde la ermita de Nuestra Señora de Pineta y por la pista que rodea el fondo del valle. Esta última es por la que ascendemos, regresando por el GR-11.

La opción más cómoda para el ascenso es coger la pista que se inicia en el parking, junto a la caseta de información del Parque Nacional. Encontraremos muchas indicaciones de rutas: camino de Marboré, Balcón de Pineta, Faja Tormosa y cascadas del Cinca y Lalarri. La que nos interesa es la marcada como Llanos de Lalarri (no confundir con la indicación hacia las cascadas de Lalarri).

Río Cinca
Al poco de comenzar nos encontramos con una cadena que impide el paso a vehículos no autorizados junto con un panel explicativo de la normativa del Parque Nacional y, poco después, entraremos en el hayedo del fondo del valle.

Inicialmente, la pista se dirige hacia la base de los imponentes y abruptos paredones que cierran el circo de Pineta, con buenas vistas de los picos Garién (2859 metros) y Felqueral (2718 metros), del Balcón de Pineta y de las cascadas del Cinca o Churros de Marboré

Cruzaremos varios barrancos, como el de la Espluca Negra o de la Tormosa, por zonas encementadas y llegaremos a la Fuente de Esquinarasnos (1420 metros – 30 minutos), antes de cruzar el estruendoso río Cinca por un puente.

El ascenso es muy cómodo y sombrío, permitiéndonos contemplar el valle de Pineta desde todos los ángulos. Sorprende el contraste entre las zonas llanas y las cumbres más elevadas, que rozan o sobrepasan los 3000 metros de altura.

Barranco de Lalarri
Unos metros más adelante llegaremos a un cruce de caminos (1425 metros). La pista es atravesada por el recuperado camino de Marboré, que asciende desde el parking hacia el ibón del mismo nombre, el Refugio de Tucarroya, las cascadas del Cinca, la Faja Tormosa y el Balcón de Pineta. Nosotros seguimos las indicaciones hacia Montaspró, La Estiva y los Llanos de Lalarri.

La pista cruza el barranco de Montaspró o de La Bispeta y llega a la Fuente del Sucarraz (1450 metros – 45 minutos) antes de encontrarnos a la derecha el desvío que asciende desde el parking por las cascadas de Lalarri. Un fantástico camino acondicionado con escaleras para ideal para la época de mayencos, momento en el que las cascadas se encuentran en su mayor plenitud. 

Refugio de Lalarri
Descendemos por este sendero brevemente para realizar unas fotos de las cascadas y pozas del barranco de Lalarri y volvemos a la pista para cruzarlo por otro puente (1500 metros). El barranco baja alegre, ruidoso, formando unos saltos de agua potentes que salpican a varios metros. Espectacular.

Continuamos el cómodo ascenso. Nos encontraremos una valla abierta y, a su derecha, el GR-11 que asciende con moderada pendiente desde la ermita de la Virgen de Pineta. Éste es el camino por el que regresaremos. De momento, seguimos hacia los Llanos. 

Llanos de Lalarri
La pista realiza largas lazadas pero hay senderos evidentes que las acortan. Nosotros continuamos por la misma para llegar, en hora y cuarto desde el inicio, a los Llanos de Lalarri (1580 metros) pasando por una mesa de interpretación del glaciar de Monte Perdido (3355 metros). 

El paisaje glaciar de la cara norte del macizo calcáreo más alto de Europa es uno de los más bellos y alpinos de toda la cordillera de los Pirineos. Sin embargo, no deja de ser ya un humilde testigo de los hielos que cubrieron las laderas y valles en el periodo Cuaternario.

Cascadas de Lalarri
Al llegar a los Llanos, encontramos un panel informativo y el desvío del camino de Montaspró. Unos metros más al este se halla el refugio no guardado de Lalarri y la desviación hacia La Estiva.

Sólo nos queda recorrer la extensa llanura para contemplar, en el fondo del valle, las cascadas que forma el barranco de Lalarri procedentes de los ibones de La Munia, también conocidos como los Gorgos de Lalarri o del Tormacal.

Los Llanos de Lalarri se encuentran en un valle glaciar colgado con una gran planicie herbosa donde, en época estival, pastan tranquilamente vacas y caballos. 

Lugar de sencillo acceso, goza de una espectacular panorámica de la cara norte de Monte Perdido y su glaciar, del Cilindro de Marboré (3325 metros), de la Espalda de Esparrets (3077 metros), de los picos Baudrimont, del Soum de Ramond o pico Añisclo (3259 metros) y de la Punta de las Olas (3002 metros).

Llanos de Lalarri y paredones de Pineta
Las nubes nos impedían ver las cumbres, pero podíamos intuir las Tres Marías y La Suca (2802 metros), con el collado de Añisclo a su derecha y la verticalidad de las paredes, rebosando agua por cada rincón formando finas cascadas que caían al fondo del valle. Las cascadas del Cinca rugían con una fuerza espectacular.

En los Llanos, el río Lalarri serpentea formando pequeños meandros. Cabe destacar las paredes que delimitan este rincón: los picos de Las Blancas, Gabiedóu (2808 metros), Tormacal o Soum de Port Bieil (2846 metros), La Capilla o Pic Blanc (2828 metros), Montaspró Alto (2694  metros), Montaspró Bajo o pico de La Lera (2662 metros), Chinipro (2795 metros) y La Estiva (2124 metros), entre otros muchos.

Cascadas del Cinca, Balcón de Pineta, Garién y Felqueral
Tras una larga parada, comenzamos el regreso. El descenso lo realizamos por el GR-11, que se adentra en un bosque de hayas conocido como la Selva Pocha, aunque también podemos observar algún que otro ejemplar de abeto, acebo y, sobre todo, boj.

Para ello, desharemos el camino por la pista hasta la valla por la que hemos pasado anteriormente. A mano izquierda (1510 metros), un sendero indicado como ‘Pradera de Pineta’ desciende con pronunciada pendiente hasta la ermita de la Virgen de Pineta y la fuente ubicada a su lado (1280 metros), a escasos metros del Parador Nacional de Monte Perdido.

Barranco de Lalarri
Siguiendo la carretera unos 300 metros, llegaremos al puente sobre el río Cinca y al parking donde hemos estacionado nuestro vehículo.

Ruta circular de 8’5 kilómetros y un desnivel positivo de unos 300 metros realizada en 3 horas sin contar paradas. Ideal para realizar en familia o si queremos dar un paseo corto por no disponer de mucho tiempo.

Los Llanos de Lalarri es una de las excursiones más populares del valle de Pineta. Su accesibilidad y su belleza hacen de esta ruta una opción que nunca decepciona. Sólo la vista de la cara norte de Monte Perdido nos hará comprender la grandeza y el poder de la montaña.


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martes, 5 de julio de 2016

De Guarrinza a Aguas Tuertas por la orilla del Aragón Subordán

Guarrinza y Casa de La Mina
Había pasado mucho tiempo desde que visitamos Aguas Tuertas por última vez. Es de esos lugares que se quedan grabados en la memoria durante mucho tiempo y al que sabes que tarde o temprano vas a volver.

Nos acompañaba un día nublado pero con una temperatura ideal para caminar. Eso sí, las montañas estaban cubiertas por nubes bajas que se habían quedado enriscadas en lo alto de las mismas. Aunque no íbamos a poder disfrutar de las vistas, sí que lo haríamos de la belleza que atesora este entorno.

Pasarela de las Fitas
Dejamos el coche en el parking de La Mina (1190 metros), el mismo lugar donde lo dejamos cuando realizamos la circular por el entorno del ibón de Acherito

De este modo, tenemos la posibilidad de recorrer el valle de Guarrinza siguiendo la margen derecha del río Aragón Subordán evitando el tramo de pista abierta al tráfico que asciende hasta el parking de Lo Barcal (1350 metros).

Río Aragón Subordán
Ya despierto de su letargo invernal, el valle es todo un espectáculo de vida. El verde de las praderas, el colorido de las flores, el sonido del río y muchas marmotas curiosas que alertaban al resto de nuestra presencia. 

Comenzamos a caminar por una pista que cruza el río por el ya conocido puente d’os Carabiners y llegaremos los desvíos del GR-11 hacia Zuriza y del GR-65.3.3 hacia los puertos de Palo y la Cunarda y hacia el ibón de Acherito (1235 metros). Obviaremos ambos desvíos y continuaremos por la pista sin señalizar hacia el refugio de La Mina.

Salto de Aguas Tuertas
En 10 minutos estaremos a la altura de la Casa de La Mina, ubicada en la margen izquierda del río. En sus proximidades podemos ver una pequeña pasarela para acceder a ella, y continuaremos hasta llegar al refugio militar de La Mina (1280 metros - 20 minutos).

Aquí se acaba la pista y comienza un camino difuso por amplios prados de alta montaña donde conviven en armonía caballos y vacas. Estas praderas son de gran importancia ya que son un territorio de propiedad mancomunada donde pastan ganados de Hecho, Ansó y Fago.

Pequeñas cascadas salen en nuestro paso
En otros 15 minutos llegaremos a la pasarela de las Fitas (1260 metros) que no cruzaremos, sino que seguiremos por la margen derecha del Aragón Subordán. A nuestra espalda, parece que por momentos quiere salir el sol, dejándonos ver los picos Sayéstico (2084 metros) y Chipeta Alto (2175 metros).

Cruzaremos sencillas barranqueras, avanzaremos por la base de las laderas y caminaremos por senderos discontinuos marcados por el paso de ganado, siempre por la margen derecha del río. 

Dolmen y valle de Aguas Tuertas
A pesar de lo difuso del terreno, no hay posibilidad alguna de pérdida. Poco a poco nos iremos acercando al Mallo Blanco (1527 metros) que rodearemos por su cara sur. 

Tras 2 horas llegamos al puente de los Chitanos (1415 metros) y, esta vez, lo cruzaremos para continuar por la margen izquierda del río. En este punto tenemos dos opciones. 

La primera, más entretenida y por la que nos decidimos, es continuar cerca del río para aproximarnos a las cascadas (1600 metros), donde éste se precipita tras retorcerse por el valle glaciar de Aguas Tuertas.

Aguas Tuertas. Meandros del Aragón Subordán
Tras un fuerte ascenso por bloques de roca y algún paso donde de apoyar las manos, llegamos al lugar donde el Aragón Subordán cae al valle de Guarrinza. Un lugar menos frecuentado al que merece la pena acercarse. Todo un acierto.

A escasos metros de las cascadas, encontramos el conservado dolmen de Aguas Tuertas (1610 metros) con el valle como telón de fondo cubierto con una densa niebla que impedía ver su belleza.

Refugio del Achar de Aguas Tuertas
Hechas las fotos de rigor avanzaremos hacia la planicie hasta llegar al collado de Aguas Tuertas, donde paramos a comer en las proximidades del refugio de pastores de Achar de Aguas Tuertas (1620 metros – 3 horas sin contar paradas).

La segunda opción, más sencilla y recomendada para hacer en familia, es ascender por la ladera herbosa de forma directa en dirección sur y enlazar con la pista de Guarrinza, ya cerrada al tráfico, que en este tramo coincide por el GR-11.

Valle de Guarrinza
Encontraremos un sendero bien visible que, en moderada pendiente, acorta la pista y nos acerca al refugio del Achar de Aguas Tuertas. Desde aquí, y en dirección norte, también podemos visitar el dolmen y las cascadas de de Aguas Tuertas.

El valle de Aguas Tuertas es uno de los rincones más bonitos del Pirineo. En la serenidad de su extensa llanura, el río Aragón Subordán serpentea formando pequeños meandros que dan nombre al valle.

Guarrinza. Cascadas de Aguas Tuertas
El regreso lo realizamos por el GR-11 en dos horas, inicialmente por el sendero que desciende desde el refugio de Aguas Tuertas hasta la pista, para continuar por ella pasando por el parking de Lo Barcal y llegar hasta la altura de La Cantina (1250 metros) y de Casa de La Mina (1220 metros). 

Allí, podemos cruzar la pasarela existente en sus proximidades o continuar por la margen izquierda para buscar el mejor lugar para cruzar el río.

Valle de Guarrinza y el Aragón Subordán
La ruta nos permite disfrutar de unas interesantes vistas del tramo comprendido entre La Mina y Aguas Tuertas. Hemos descubierto el paraje de Guarrinza desde otro punto de vista que, sin duda, merece mucho más la pena que si transitamos por la monótona pista.

A la grandiosidad del paisaje se le une la presencia de dólmenes y restos megalíticos que nos hablan de lo remoto del poblamiento en estas tierras.

La gran mayoría de la gente realiza esta ruta desde el parking de Lo Barcal siguiendo la pista y el GR-11 hasta el refugio de Aguas Tuertas. Si se quiere, podemos alargar la ruta siguiendo este GR hasta el ibón de Estanés (1792 metros) por el puerto de Escalé.

La Cantina
Desde Lo Barcal hasta Aguas Tuertas, la ruta tiene una distancia de 6 kilómetros ida y vuelta y un desnivel positivo de 260 metros. Es ideal para realizar con niños y en invierno para transitar con raquetas de nieve.

De la forma en la que la hemos realizado nosotros, la ruta tiene una distancia de 14’5 kilómetros y un desnivel positivo de 450 metros con una duración de 5 horas sin contar paradas.

Track de Wikiloc aquí.

Callejeando por la villa de Hecho
Una recomendación. De regreso, haced una parada para pasear por la villa de Hecho. Os encontraréis un conjunto urbano bien conservado, famoso por su arquitectura tradicional, presidido por la iglesia parroquial de San Martín, de origen románico y reedificada en el siglo XIX.

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